rizatriptan benzoate high Foto: Cezaro De Luca/ EPA/Corbis Publicado por: David Hernández Martínez @david_hm91 Argentina se encuentra en pleno año electoral. Una de las tres grandes potencias latinoamericanas, junto a Brasil y México, está sumergida en un largo periodo de constante campaña y elecciones, que le llevará a final de este año a tener nuevos representantes en el parlamento y un nuevo presidente. En el primer trimestre de 2015 comenzaban las primeras disputas internas entre la gran variedad de formaciones políticas argentinas, para esgrimir a sus posibles candidatos. En este pasado verano, tras las subsiguientes primarias, salieron a la luz definitivamente cuales serían los nominados para suceder a la presidenta Cristina Kirchner. Todos estos procesos internos de los partidos, se sucedieron a la par que se daban los comicios de la mayor parte de las regiones y municipios de la inmensa nación sudamericana. Bajo este panorama, el punto culmen de la vida política llegará a finales de octubre y durante el mes de noviembre, con las elecciones legislativas y presidenciales. En este sentido, habrá argentinos, que en apenas nueve meses, hayan acudido hasta seis veces a votar, entre procesos de partidos, regionales, municipales, legislativas y presidenciales. El 25 de octubre se llevarán a cabo simultáneamente los comicios presidenciales y las votaciones legislativas. Algunos sondeos aún señalan que sería necesaria una segunda vuelta, marcada para el 22 de noviembre, así que Argentina no tendría oficialmente nuevo presidente hasta diciembre. Con todo ello, este año supondrá la despedida definitiva de la primera línea de la política de Cristina Fernández de Kirchner, que ha ocupado el cargo presidencial desde 2010, tras una dilatada carrera como senadora y adquiriendo un papel muy activo como primera dama. Es decir, después de 12 años, 2016 será el primero en el que no haya un Kirchner ocupando la Casa Rosada. Aunque la primera presidenta de la historia de Argentina deje el cargo y previsiblemente se eche a un lado en el escenario político, el legado de 12 años de kirchnerismo es lo suficientemente hondo para seguir marcando intensamente la agenda política de Argentina a medio plazo. Sin duda alguna, la gestión de Cristina recogerá numerosas interpretaciones y contará con una gran variedad de revisiones históricas, pero su figura política y su legado no han dejado indiferente a nadie. Entre el trabajo realizado por su marido y predecesor en el cargo, Néstor Kirchner, y el propio, ha surgido dentro de algunas filas del peronismo progresistas una nueva corriente bautizada como kirchnerismo, que influye considerablemente en los discursos de muchos políticos argentinos.  Junto a este singular programa político, hay que contar que Cristina Kirchner se ha asegurado de colocar en los últimos tiempos, a distintos nombres de confianza dentro del partido y las principales instituciones políticas. Todo ello hace pensar que, aunque Cristina marche a un oficioso retiro, su influjo todavía seguirá muy presente en los tiempos venideros. De hecho, seguramente a su sucesor en el cargo, uno de los mayores retos que le esperan es ser capaz de superar la sombra tan alargada de los Kirchnner.

Por Asesmap

Los comentarios están cerrados.