Ahora que se acerca el 20 N  y estamos sumergidos en la Pre Campaña Electoral, hemos creído interesante tratar el tema de las emociones relacionadas asociadas al marketing que utilizan los candidatos para convencernos y que les demos nuestro voto.

En este artículo, Francisco Misiego, autor del libro “Neuromarketing Político” analiza la situación actual y cuáles la reglas del juego electoral.

Realmente los políticos están ahora en un momento difícil porque más que un cambio político necesitamos un cambio de mentalidad.

En mi opinión, la crisis ya ha terminado, ya no estamos en crisis, es otra cosa. Estamos ante un nuevo escenario que está cambiando las reglas del juego  a partir de la  economía global, y por tanto  la sociedad,  en concreto la occidental, tendremos que adaptarnos.

Pero  está contrastado que  aquello que va contra nuestras convicciones hace que  nuestro cerebro se bloquee y sea más difícil el cambio de opinión, pero lo cierto es que se produce este efecto y más en situaciones de cambio tan brusco y que genera vértigo al individuo.

Y este efecto es el que están utilizando todos los políticos en el “mundo mundial” para generar ese miedo al cambio, en lugar de prepararnos para él.

Digo esto, porque curiosamente, el movimiento indignados está cobrando fuerza en Estados Unidos con Occupy Wall Street (Ocupar Wall Street) y antes en España con el 15 M.

Por eso Obama quiere poner la tasa Buffet, Rubalcaba el impuesto de patrimonio. Ahora el PSOE, copia iniciativas como la Sueca o la Belga, de las listas desbloqueadas, en las que los partidos elaboran las candidaturas pero el elector puede cambiar el orden de los candidatos.

En un caso las elecciones están a un año vista y en el otro a pocos meses, pero es aplicable a todos los partidos y países democráticos en mayor o menor medida.

Y es que desde luego ya saben que las emociones básicas en política son el miedo, la esperanza y el rechazo. Y el rechazo no es bueno para el voto, por eso parece que están intentando adaptarse a la nueva percepción de la sociedad en la que las ideologías han pasado a ser cosa del pasado, aunque pueden resurgir en cualquier momento, y no sé hasta qué punto puede ser bueno, porque el renacer puede ser en forma de extremismo en cualquier sentido.

Por tanto estamos asistiendo a un cambio en la forma de hacer marketing político, el neuromarketing, que no es sólo una forma de conocer la verdad de los pensamientos de la mente del votante, sino nuevas formulas adaptadas a conseguir un objetivo, ganar.

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Pero no seamos del todo negativos con los políticos, no podemos olvidar “la teoría de la elección pública” que plantean que el valor de uso de los políticos por parte del electorado no es nulo, y el ciudadano obtiene beneficios de su elección.

Así, para el padre de la Escuela de la “Public Choice”, Buchanan, “la diferencia básica entre mercado y política no está en los tipos de valores o en los intereses que los individuos tratan de lograr, sino en las condiciones bajo las cuales los individuos persiguen sus diversos intereses. La política es una estructura compleja de intercambios entre individuos, una estructura dentro de la cual los individuos tratan de lograr colectivamente sus propios objetivos, individual y privadamente definidos, objetivos que no pueden alcanzarse eficazmente con los simples intercambios de mercado”(1).

Simplemente pongámoslo como una reflexión no partidista y hagamos un ejercicio mental.

Por Asesmap

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