Publicado en El Mundo . De Eva Font

En lo que fue una descripción dramática de la situación de mujeres y niñas afectadas por el conflicto en Siria e Irak y las acciones delEstado Islámico (IS), la representante especial de la ONU sobre violencia sexual en conflictos, Zainab Bangura, denunció este jueves la creación de mercados de esclavas en lugares como la localidad siria de Raqqa o la iraquí de Mosul.

“A las niñas literalmente se les quita la ropa, se las desnuda y examina en bazares de esclavas. Se las categoriza y son enviadas desnudas a Raqqa, Mosul u otros lugares para ser distribuidas ente los combatientes o los líderes del IS”, relató Bangura en una rueda de prensa en Naciones Unidas.

La representante especial estuvo en abril en Siria e Irak, así como en los países de Turquía, Jordania y Líbano y se reunió con víctimas de violencia sexual.

Uno de los casos que Bagura expuso fue el de una joven de 21 años que fue casada a la fuerza 22 veces en cuatro años. “Cada vez que se le casaba se la hacía pasar por el quirófano para reconstruir su virginidad”. “Se las vende, se las casa, se las vuelve a vender y se las casa, quizás por dos semanas o incluso dos o tres días, y se las vuelve a vender”, dijo Bangura.

La representante de la ONU denunció la violencia “sistemática” y “estratégica” contra mujeres por la mayoría de las partes involucradas en el conflicto de Siria y en Irak, y denunció su uso como táctica por parte del Estado Islámico con el objetivo de atraer el reclutamiento de hombres a sus filas “prometiendo a los combatientes el acceso a mujeres y niñas”, así como para recaudar fondos a través del mercado de esclavas.

Así, dijo, el IS también usa la violencia sexual para provocar el desplazamiento de la población o para “destruir la estructura de las comunidades” con la meta de “crear un nuevo califato”.

Bangura alertó también que solo el 20% de los refugiados en los países vecinos de Siria de Jordania, Líbano o Turquía se encuentran en campos de refugiados, con lo que el 80% restante estás más desprotegido, y las niñas y mujeres, en consecuencia, más expuestas a sufrir violencia sexual.

Además, apuntó que en los campos de refugiados hay una enorme cifra de niños nacidos fruto de una violación que podrían estar condenados a no “pertenecer a ningún” país, ya que para ello necesitan una prueba de paternidad para ser registrados o el certificado de matrimonio según la ley. “Es algo que predispone a poner a estos niños en una situación fatal en la que puedan acabar siendo radicalizados”, dijo Bangura.

Ante esta situación, la funcionaria de la ONU pidió al Consejo de Seguridad que incluya, en el comité que sanciona a personas relacionadas con Al Qaeda u otros grupos terroristas como el Estado Islámico, la violencia sexual como critero a tener en cuenta a la hora de decidir la imposición de estas sanciones a individuos.

También pidió a la comunidad internacional a que incluya el problema de la violencia sexual en su lucha global contra el terrorismo.

Por Asesmap

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