Por: Diana Rubio.

Una de las últimas tendencias dentro del marketing político es la utilización de elementos estratégicos basados en la estimulación de las emociones de los votantes para influenciar en su comportamiento electoral, hablo del llamado neuromarketing.

Y es que esta disciplina anclada dentro de la psicología y la ciencia ha demostrado que el motivo por el que los votantes deciden su voto tiene mas relación con las emociones y los sentimientos que con la propia razón, dejando de lado el sentido común en favor de aquello que nos hace sentir y toca la fibra sensible.

El neuromarketing consiste en aplicar una serie de técnicas derivadas del estudio del cerebro, analizando como reacciona éste cuando se estimula de manera consciente y subconsciente para proceder a su análisis y conocer de primera mano cuales son los factores que influyen en el comportamiento del consumidor o en el caso político, el votante.

Según  Nestor Braidot, “el neuromarketing político investiga y estudia los procesos cerebrales que explican la percepción, conducta y toma de decisiones de las personas en los campos de acción de la actividad política. Comprende el conjunto de técnicas destinadas a conocer al electorado para predecir su comportamiento.”

¿Cómo introducimos en nuestra estrategia electoral esta asignatura innovadora? El ensayo a través de mecanismos especializados  que midan la repercusión  de la utilización de una serie de impulsos en las personas, obteniendo resultados de cómo influyen en su cerebro, constantes y comportamiento final, si lo extrapolamos al terreno político, una de las prácticas principales de esta ciencia se basa en la transmisión de emociones a través del discurso como paradigma.

Y es que la apelación a los sentimientos a través del conocido “storytelling”, ha sido una técnica constante en la historia de la comunicación política, pero es a día de hoy cuando el neuromarketing ha tomado fuerza y  demostrado científicamente éstas hipótesis.

El poder ir sobre seguro a la hora de elegir una determinada estrategia política enmarcada dentro de  toda una campaña, hace de esta herramienta en muchas casos, esencial para llegar al electorado denominado voto útil.

Para poder llevar a cabo un trabajo eficiente en referencia al neuromarketing político, será necesario contar con varios profesionales especializados en diferentes ramas; Psicología, politología, comunicación, análisis y periodismo son algunas de las especialidades necesarias para su ejecución de una manera correcta, por lo que el trabajo en equipo es parte esencial de su desarrollo.

Será en el discurso político, donde deberán de hacer hincapié en la transmisión de emociones que induzcan al votante a percibir a un partido u otro más cercano, más amable o mas empático en definitiva, que es bajo mi punto de vista el factor clave.

Si a través de la estimulación de las emociones podemos generar sentimientos positivos o negativos, podemos generar ilusión y miedo, también nos ayuda a potenciar en los candidatos políticos aquellas habilidades que van  en la línea de la estimulación del votante a través de la inteligencia emocional y los cambios en su imagen para una percepción eficaz y en signos positivos por parte del electorado.

En definitiva, el neuromarketing ha cambiado la dinámica de trabajo a la hora de realizar estrategias electorales, haciéndolas gracias al estudio de la influencia de las emociones en el comportamiento del votante mucho más eficientes y con mayor probabilidad de éxito  final.

Aprovecho para compartir un resumen realizado por educadictos que explica como el neuromarketing ha cambiado el marketing político tradicional.

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Por Asesmap

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