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Por: Fernando Herrero Nieto/Presidente de VONSELMA GROUP/Director del Máster en Gobernanza Marketing Político y Comunicación Estratégica del Instituto Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos & VONSELMA INTERNATIONAL/Presidente de ASESMAP

@FHerreroNieto

Debemos subrayar y dar a conocer que el mundo político, ya sea en la esfera nacional o internacional, es como una gran multinacional con todos los defectos y las virtudes de un gigante empresarial. En política nos intenta vender -o en algunos momentos colocar- un candidato para que sea favorecido por un electorado fiel o en muchos casos indeciso, y en este supuesto nosotros, es decir, la población con derecho a voto, decidiremos si queremos comprar ese producto u optar por otro de mejor calidad, o que, por lo menos, nosotros como ciudadanos lo veamos así, igual que en el mundo de la empresa a la hora de elegir, escoger y comprar algún producto. El problema trascurrirá a la hora de reclamar porque el producto que hemos adquirido no nos guste. ¿A quién reclamamos? ¿Dónde lo hacemos?^Debemos de esperar a la próxima legislatura, es decir, cuatro años más… Por todo ello, en el mundo entero irrumpe desde hace algún tiempo la Política 2.0.

Todo empezó oficialmente en la campaña de Obama 2008, con el fin principal de estudiar, aconsejar e influenciar -que no manipular- en aspectos importantes que interesan a la ciudadanía en todo su conjunto. Está propiciando cambios muy importantes en todo el mundo, tanto a nivel político como empresarial y financiero.

Es importante esa práctica bidireccional y unidireccional que se practica desde las redes sociales, puesto que va a conllevar una total democratización del sistema. Nuestros dirigentes o futuros líderes nos harán partícipes de sus objetivos y visiones futuras de mejoras, de lo que nosotros queremos y demandamos como población, de nuestras necesidades, de lo que nos inquieta y también de lo que para nosotros como electores es importante.

Lo fundamental, considero, es mantener una fluida comunicación espontánea y natural, donde  interactuemos con un interlocutor real, de carne y hueso, y en ese aspecto podemos tener algunos problemas, puesto que nos encontramos con algún que otro aficionado a la política que se dedica a vomitar información proselitista, desacreditando las ideas del contrario o, directamente, descalificando al adversario, y cada vez con prácticas más ilícitas.

Este es un aspecto clave que hay que corregir del “Lobbying Media”: los textos de calidad versus los textos propagandísticos absurdos. Si remediamos este problema, situación con la que nos encontramos en las elecciones municipales pasadas, habremos conseguido dar pasos de gigante en dirección a la excelencia informativa virtual.

Un grupo de seguidores indistintamente de su tamaño, acompañados  por líderes de opinión con criterio lógico, es mucho más eficaz que un grupo de fans o admiradores pero desorganizados e inactivos.

Por esto, debemos decir que la participación de los seguidores triplica en gran medida la participación, la efectividad y la fuerza de nuestros mensajes informativos vertidos en las redes sociales de mayor alcance y, por consiguiente, cuanto mayor sea la calidad de nuestros mensajes más podremos incrementar nuestra audiencia, y eso con el consiguiente estudio de participación objetivo repercutirá en votos reales el día de sufragio electoral.

En realidad, se debería de tratar de un binomio muy sencillo donde, por desgracia, algunos de nuestros políticos no llegan a comprender y continúan con la percepción equivoca de relacionar a un simpatizante con un voto seguro. Y aquí es cuando le lanzo una de mis citas: “Un elector satisfecho no es un votante fiel”.

Por Asesmap

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