Pedro Sánchez

Pitidos, abucheos e insultos. Todo ello, a pesar de la distancia que separaba a la multitud dispuesta a disfrutar del desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre del lugar donde se encontraban las autoridades. Este fue el recibimiento al que tuvo que enfrentarse el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de conmemoración del Día de la Hispanidad. El paseo de la Castellana servía como telón de fondo a una muchedumbre que volvió a desquitarse con el mandatario socialista al grito de “dimisión” y “Sánchez okupa”. Y aunque el jefe del Ejecutivo apuró su llegada hasta segundos antes de que lo hicieran los Reyes, su anunciamiento en el acto desató la lengua de más de uno allí congregado.

Aplausos al Rey y pitadas a Sánchez en el inicio del desfile del 12 octubre

 

Fue poco después de las diez de la mañana cuando Sánchez aparecía mientras el vehículo en el que llegaban los Reyes ya descendía por el paseo de la Castellana. Allí permanecían también a la espera del desembarco del líder del Ejecutivo las correspondientes autoridades –la ministra de Defensa, Margarita Robles; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida; y el jefe de la cúpula militar, el almirante Teodoro López Calderón-. Entonces se anunciaba por megafonía el recibimiento por parte del presidente del Gobierno a los Monarcas dando paso así a una marea de abucheos, audibles en la distancia. Algo que también ocurría al término del acto.

Aplausos al rey e insultos a Sánchez: el desfile militar del 12 de octubre vuelve a las calles tras la pandemia

 

Los abucheos contra los Gobiernos socialistas, de nuevo en la palestra

Los abucheos al presidente durante el desfile del 12 de octubre comenzaron en 2005, tras la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa, y en 2010 empañaron incluso el solemne homenaje a los caídos. Desaparecieron bajo la presidencia de Rajoy para volver contra Pedro Sánchez. Algo que no ha pasado por alto el mandatario nacional: “siempre que gobierna la izquierda hay abucheos e insultos a los presidentes de izquierdas, así es como ustedes y la ultraderecha entienden la convivencia y el respeto al orden constitucional”. Estas han sido las palabras con las que el presidente del Gobierno reprochaba las actitudes de PP y Vox que han aprovechado la sesión de control en el Congreso para atacar al jefe del Ejecutivo poniendo de relieve las protestas y gritos de “dimisión” proferidos por un sector del público asistente al acto.

 

¿Ha “hablado” verdaderamente el pueblo?

“Ayer escuchó lo que dice la calle de usted”, aseveró firmemente Pablo Casado, líder de la Oposición al inicio de la sesión en el Pleno de la Cámara. Sin embargo, ¿es esto extrapolable al conjunto de la población?, ¿verdaderamente ha hablado la ciudadanía? Aunque lo cierto es que la pandemia derivada de la Covid-19 y la gestión de la misma por parte del Gobierno de Sánchez ha mermado su imagen pública, los gritos escuchados durante el desfile del 12 de octubre en el paseo de la Castellana son ‘sectarios’ y ‘sesgados’. En primer lugar, cabe destacar que tradicional e históricamente, el distrito Salamanca, punto de celebración del acto conmemorativo, no se caracteriza por ser una zona donde la izquierda aglutine voto, por lo que afirmar categóricamente que este es el principio del fin de Sánchez con motivo de los abucheos resulta populista y fantasioso.

Pablo Casado derecha: Casado presume de liderar un PP "centrado" pero no se descuelga de la extrema derecha | Público

 

Además, utilizar esto como forma de arrojar barro al adversario político no solo resulta mezquino, sino que pone de relieve una carente falta de perspectiva por parte del líder de la Oposición, el popular Pablo Casado. Si el Gobierno de Pedro Sánchez pelea contra la extinción, no es porque quienes no le han querido ni respetado nunca –como figura institucional, nada que ver con su persona- hayan lanzado durante un acto público un sinfín de berridos fuera de lugar, sino porque los fieles e históricos del puño y la rosa están hastiados de que el partido que se fundó con tintes socialistas y progresistas, sucumba a las tendencias. Los derechos sociales quedan supeditados a las modas sociopolíticas que hacen que los indecisos opten por un partido u otro. Y es ahí, desgraciadamente, donde la pelea en el barro, en lugar de heroica se convierte en tabernaria, donde los votos desfilan a lo largo del espectro político, donde se pierden batallas. La próxima cita con las urnas nos sacará de dudas.

 

Irene Iglesias Álvarez – ASESMAP

Por Asesmap