Imagen: EFE Publicado por David Hernández Martínez @david_hm91 Hubo un tiempo en que los partidos españoles medían de alguna forma sus fuerzas, a través de su capacidad por llenar plazas de toros o recintos deportivos. Los estrategas de campaña buscaban esa deseosa imagen, del candidato entrando en una abarrotada plaza o pabellón. Más aún, los multitudinarios mítines servían para valorar el ánimo interno de los partidos, dependiendo de si eran capaces de arrastrar a muchas personas al acto, o bien, si los simpatizantes eran capaces de envalentonarse con facilidad. Sin embargo, los dos grandes partidos españoles, PP y PSOE, que hace unos años monopolizaban prácticamente la política, ahora se ven con sendos problemas de repetir esas hazañas de propaganda. Desde las direcciones de los populares y socialistas, se apuesta últimamente por actos mucho más medidos y reducidos, conscientes de las dificultades que tienen las dos formaciones por movilizar gente. Por su parte, Podemos ha sido mucho más medido en estas circunstancias, controlando los gestos de fuerza en momentos clave. Los dirigentes de Podemos, que se han caracterizado habitualmente, por interpretar mejor que nadie el contexto político y social del país, aprendieron rápido que la mayoría de los ciudadanos españoles no poseen el ánimo ni entiende su compromiso político, a través de llenar mítines y actos de los partidos. En este sentido, el partido de Pablo Iglesias fue el referente español en movilizar a la población sin moverse de su sofá, gracias a sus repetidas intervenciones en televisión y por las redes sociales. De la misma forma, Ciudadanos aprendió pronto la estrategia de Podemos, caracterizándose por seguir una línea de comunicación directa y sin requerirle a sus simpatizantes una gran capacidad de movilización. De esta forma, Ciudadanos ha sido capaz de situarse frente a frente entre los dos principales partidos, sin la necesidad de contar con un aparato de movilización tan rígido y exigente como el de los populares y socialistas. Por ello, le ha bastado con situar a su líder, Albert Rivera y otros candidatos, en los medios de comunicación, haciendo llegar siempre su mensaje. Después, se protagonizan actos, lejos de plazas de toros, en teatros, salas u hoteles, donde se presentan las líneas generales de su programa, con la finalidad de dar a las cámaras los cortes de discurso necesario. Definitivamente, Podemos y Ciudadanos en mayor medida han entendido las claves para hacer política del siglo XXI, mientras que el PP y PSOE mantienen algunas dinámicas propias de otras décadas. Los españoles poseen numerosas inquietudes políticas, no son agentes pasivos como se creía, pero ya no buscan exclusivamente ser un activo más de un partido concreto, sino que quieren ser escuchado y sobretodo, conocer el mensaje de los políticos sin necesidad de recurrir a viejas formas. Así, el partido de Albert Rivera está demostrando que no se necesita llenar una plaza de toros para demostrar tu fuerza.
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