Francisco Rivas

El pasado domingo 6 de junio se llevaron a cabo las elecciones mexicanas más grandes de la historia: más de 20 mil cargos en disputa, 15 gubernaturas -de 32-, los 500 curules de la Cámara de Diputados y las alcaldías y congresos estatales de 30 entidades.

Para ser una elección intermedia, el nivel de participación fue alto, votó el 52% de los 93 millones de mexicanos con derecho al voto y, si bien hay entidades donde los niveles de participación se acercaron apenas al 30%, en algunas zonas de la capital mexicana votó más del 80% de los residentes.

¿Cómo queda el país tras las pasadas elecciones? Los resultados electorales confirman que la democracia en México ha avanzado y los mexicanos podemos incidir en el rumbo del país gracias a nuestros votos:

⁃          El partido del presidente López, Morena, y los partidos que se sumaron a su coalición, retrocedieron su representatividad en el Congreso. Con ello Morena pierde la mayoría calificada necesaria para poder ejecutar reformas constitucionales. Por ende, se termina un periodo donde López y su partido cambiaron la Carta Magna a voluntad y en el futuro deberán negociar con los partidos de oposición toda reforma de gran calado.

⁃          Morena y sus coaliciones se llevaron la mayor parte de congresos locales y 10 de las 15 gubernaturas, mientras que la oposición se quedó con 3 estados -Chihuahua, Nuevo León y Querétaro- y en otros 2 los resultados aún se encuentran impugnados por el bajo porcentaje de diferencia entre los candidatos punteros.

⁃          A nivel alcaldías el resultado fue mixto, Morena gana municipios nuevos, pero pierde en algunos muy relevantes en términos políticos. Sobresale que 10 de las 16 alcaldías de la capital y los municipios más prósperos del área conurbada a la capital (municipios del Estado de México) fueron retomados por la oposición.

Esto último es relevante porque desde 1997 la capital del país había sido gobernada por el partido de López, antes el PRD, hoy Morena; por la relevancia económica y política que tiene la Ciudad de México y porque las alcaldías capitalinas son una ejemplo concreto que hay una parte importante de la clase media y media alta, electorado que en 2018 confió en el proyecto del presidente y que hoy mostró en las urnas su decepción.

Si bien los números en general parecen favorecer al presidente y su partido, en los hechos hay señales que la luna de miel con su electorado, se encuentra cercana a su fin y que los próximos 3 años López deberá gobernar atendiendo las problemas de todos los mexicanos y no sólo de sus clientelas políticas.

López en 2018 arrasó la votación, ganó contundentemente contra sus adversarios, obtuvo más de 30 millones de votos para la presidencia y se hizo de ambas cámaras del legislativo, lo que le permitió reformar leyes y reconfigurar instituciones a su antojo.

Las próximas grandes elecciones serán en 2024 cuando se renovará la presidencia de la República, Senado, Cámara de Diputados, 9 gubernaturas y más de 1,800 municipalidades, si bien López y sus aliados podrían llegar a dicha elección gobernando dos terceras partes del país, el resurgimiento de la oposición en el mapa político y el desencanto de millones de mexicanos, hacen incierto que López y su partido retengan el poder.

Si bien México fue el único país latinoamericano que no sufrió alguna forma de dictadura militar en el siglo XX, también fue de los últimos en contar con una verdadera democracia. Sin embargo, las últimas dos décadas -y particularmente la última elección- ponen en evidencia que:

(1) los mexicanos hacemos valer nuestra voluntad en las urnas;

(2) los sistemas de contrapesos institucionales reducen de manera significativa la posibilidad de fraudes electorales;

(3) la operación política, el uso de recursos del Estado para incidir en el resultado electoral no es suficiente, si hay descontento el ciudadano sanciona con el voto a sus gobernantes.

Quedan 3 años del gobierno de López, en los cuales el presidente deberá demostrar que cumplió por lo menos una parte de sus promesas -combate a la corrupción, disminución de la violencia, mejora de los servicios públicos, crecimiento económico- si busca consolidar a su partido, retener el poder y garantizar su legado.

Aspectos que parecen difíciles con un menor control sobre el legislativo, una crisis de violencia que crece y una economía devastada, todo ello sin rumbo y con ideas de referencia, que en 3 años han llevado al país a las peores condiciones de su historia moderna.

 

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

México

@frarivasCoL

 

 

Por Asesmap