El domingo se celebraron las elecciones de Castilla Y León, en las que el PP consiguió ganar, aunque con una ventaja menor a la esperada cuando convocaron estos comicios, y podría gobernar con VOX, que crece a gran velocidad. El PSOE se desinfla, Podemos se estanca y Ciudadanos sufre una gran derrota. Además, la España Vaciada y sus plataformas consiguiéndomelo hacerse con más representación, especialmente en Soria y León. Pero, ¿es esto tan importante?

Vivimos tiempos en España en los que, cualquier cita electoral se convierte en decisiva y transcendental. En la que cualquier movimiento político es mirado con lupa. En el que ganar o perder unos pocos votos es la panacea o el fin del mundo para partidos y líderes. Nadie escapa a esta espiral vertiginosa, auspiciada por los medios pero aceptada por los partidos. 

Lo vivimos en Cataluña, después en Madrid, recientemente en Castilla y León y próximamente será en Andalucía o cualquier otra comunidad. Los medios de comunicación le han dado una transcendencia enorme a cada uno de estos procesos electorales. Los partidos han tomado esto como una gran responsabilidad, siendo habituales los titulares en los que se habla de “elecciones autonómicas en clave nacional”. 

Pero no es oro todo lo que reluce. Los ciudadanos, cada vez mas cansados y descontentos con la política, no siempre lo ven de esta manera. Tienen otras preocupaciones más allá de si Casado o Sánchez salen reforzados después de una jornada electoral más. Salud, desempleo, luz, gas, alquiler… Sin ánimo de despreciar a ningún territorio, en una época tan volátil políticamente hablando, no se pueden extraer conclusiones tan categóricas sobre unas elecciones “más”. O al menos algunos no deberían. Hemos visto como partidos aparecen o desaparecen en apenas meses. Cualquier cosa puede pasar.

Sin embargo, desde un punto de vista del marketing y la comunicación política, algunos necesitan estas conclusiones categóricas como el comer. ¿Por qué? Veamos:

En primer lugar, parece que si no le dan tanta importancia a estos procesos, los ciudadanos se olvidan de ellos. Los partidos sienten la necesidad de estar continuamente presentes en la vida de los ciudadanos, ya que piensan que sino otros lo estarán más y los votantes acabarán optando por ellos.

En segundo lugar, sienten también la necesidad de estar contándole constantemente a los ciudadanos lo que piensan, lo que van a hacer, lo buenos que son y lo malos que son sus adversarios. ¡A quién se le ocurre pasar por ato un insulto sin ser contestado!

Por último, es una técnica de algunos “gurús de la comunicación” que trabajan para los partidos. Se han tomado demasiado en serio lo de “que hablen de nosotros, aunque sea mal”. 

 

El triunfalismo, otra consecuencia de los tiempos que corren

Partido Popular de Castilla y León – Página web del Partido Popular de  Castilla y León
Mañueco celebra la victoria del PP en Castilla y León.

Otra de las principales consecuencias de los tiempos que corren en la política española es el triunfalismo de los partidos. Todos conocemos algún caso en el que después de un proceso electoral, todos parecen haber ganado. Nadie quiere dar imagen de derrotado. Por ello, tratan de sacar siempre el lado positivo en las típicas ruedas de prensa de noche electoral.

En este caso, el PP, aunque no haya conseguido los resultados esperados, se agarra al haber ganado para dar esta imagen. Desde el PSOE, que ha disminuido en representación, se centran en atacar al PP por haber convocado estas elecciones. VOX sale también triunfalista por tener la “llave” del gobierno. Podemos y Ciudadanos se congratulan de mantener al menos algo de representación. Como se suele decir, quien no se consuela es porque no quiere.

Los partidos y los líderes deberían saber que, más allá de dar constantemente una imagen positiva y de victoria, los ciudadanos también valoran la autocrítica y la asunción de responsabilidades tras una derrota o un mal resultado. 

En definitiva, los partidos y los medios viven de este triunfalismo y de este autobombo que se da a cada proceso electoral. Por ello, unos y otros se retroalimentan, inundando cada espacio televisivo y las redes sociales con estos procesos. Pero no sabemos si es esto lo que verdaderamente reclaman todos los ciudadanos. Si bien es cierto que hay un número de votantes y simpatizantes fervorosos que aceptan y aclaman esta situación, muchos otros nos vemos muy ajenos a esta tendencia. Buena prueba de ello es el porcentaje de abstención en estas últimas y muchas otras elecciones, rondando el 37%.

La conclusión que podemos extraer es, que esta situación, puede beneficiar a algunos partidos que no quieren caer en el olvido. También puede beneficiar a líderes que quieren siempre tener algo positivo que decir. Pero otra manera de hacer política, más acercada al conjunto de los ciudadanos es posible. Y además, esta nueva forma de hacer política podría ser la que “enganchara” a muchos desencantados de este mundo. Tengan la ideología que tengan. Desencantados los hay de todos los colores.

 

Carlos Ruiz Barro - ASESMAP

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Ruiz Barro

 

ASESMAP – ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE MARKETING POLÍTICO Y ELECTORAL

MARCANDO LA ESTRATEGIA

 

Por Asesmap