Por Lic. Luis Enrique Mireles Ugalde (México)

Twitter: @KikeMireles

Los últimos procesos electorales en México han sido muy desgastantes para la población, el proceso 2015 no ha sido la excepción y faltando pocos días para las votaciones ya han colmado la paciencia del electorado, el hartazgo social es real y se pronostican niveles de abstencionismo históricos que podrían llegar al 70%. Este porcentaje podría ser el resultado de la impecable guerra sucia, los innumerables escándalos de corrupción que gracias a las redes sociales se han viralizado en cuestión de horas y la gran decepción que han sido las famosas “Candidaturas Independientes”. Las Candidaturas Independientes fueron impulsadas en México para darle oportunidad a los ciudadanos de competir en las elecciones sin tener que ser militantes, abanderados o respaldados por algún partido político… muchos mostraron interés, solo algunos lo intentaron pero debido a la ridícula, y por demás exagerada lista de requisitos por cumplir muy pocos lograron obtener a la candidatura, y por si esto no fuera suficiente la mayoría de los mismos han declinado a favor de proyectos partidistas, una pena que después de tantos sacrificios se tire la toalla antes de llegar a las urnas. Pero, cuando parecía que las candidaturas independientes tendrían que esperar a las próximas elecciones para tener un papel protagónico apareció en el mapa Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.

“El Bronco” hasta hace unos meses aspiraba a ser el candidato a la Gubernatura de Nuevo León, su estado; representando los colores de su partido, el PRI; sin embargo, al no ser respaldado por dicha institución política, opto por renunciar y tomar el camino de la Candidatura Independiente, este hecho en un inicio paso desapercibido para prácticamente todo el país, “El Bronco” era uno más que iba a la batalla, esa batalla que parecía perdida desde antes de siquiera haberse llevado acabo. ¿Ser Gobernador en México sin apoyo de un partido político? Vaya que más que “Bronco” parecía un loco.

Iniciadas las campañas la lucha política por la gubernatura  de Nuevo León parecía estar centrada en dos posibles ganadores, los candidatos de las dos principales fuerzas políticas del país: Ivonne Álvarez (PRI en alianza con PVEM, PANAL y PD) y Felipe de Jesús Cantú (PAN), nadie contaba con que en el transcurso de la campaña, “El Bronco” sería recibido tan bien en las calles y mucho menos, que sería el abanderado de la luchas social contra la clase política (a la cual, recién había renunciado), y fue con esta bandera que logro posicionarse en el segundo lugar de las encuestas muy cerca del primero. Fue ahí cuando México se dio cuenta que, por primera vez en su historia, existía la posibilidad real, de que un candidato independiente fuera Gobernador después de luchar frente a frente y sin estructura partidista contra los partidos políticos más poderosos, y justo en ese momento todo México volteo a ver a “El Bronco”.

Sin entrar al análisis del candidato y sus propuestas,  pensar que a estas alturas de la elección se hablaría de la posibilidad de un triunfo de “El Bronco” era sólo una fantasía, la victoria de un candidato independiente en un estado como Nuevo León (uno de los tres más importante del país) sería, sin temor a equivocarme, el inicio de la Revolución Electoral Mexicana y con ella se desatarían, por fin, cambios tanto dentro los partidos políticos, sus procesos de elección y formas de hacer política, como en la creación e implementación de políticas públicas de nuestros servidores públicos y legisladores, dando así un paso indispensable para obtener de una vez por todas, el gobierno que merecemos.

En conclusión: una victoria de “El Bronco” en Nuevo León, cimbraría el sistema político mexicano e inyectaría una dosis de esperanza a la ciudadanía, cuando parecía imposible.

Por Asesmap

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