De Juan Sebastián Morales Gámez.
Lamentable, esa es la única forma de calificar lo sucedido en la segunda votación en el Parlamento Andaluz con el objetivo de conformar de una vez el gobierno autonómico.
Si mal nos parece (especialmente a los socialistas) que los otros cuatro partidos de la cámara no hayan apoyado la investidura de Susana Díaz, mal nos tiene que parecer que esta convocase las elecciones un año antes, y mal también debe de parecernos que a nivel nacional no se haya reformado la Ley Electoral con el fin de prever la situación compleja y de pactos en la que tras las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo (adelantadas en el caso de Andalucía) tendríamos que enfrentar.
Nadie puede a día de hoy dudar de que el panorama político en España está experimentando un profundo cambio. De la noche a la mañana, dos fuerzas políticas – Ciudadanos y Podemos – han emergido con fuerza y tanto los principales partidos – PP y PSOE – deben contar con ellos, como los emergentes contar con los tradicionales al objeto de favorecer y configurar gobiernos y crear estabilidad política.
De ninguna manera tendría sentido repetir las elecciones en nuestra región para básicamente obtener un resultado similar al del pasado 22 de marzo, con el consiguiente gasto electoral que supondrían unos nuevos comicios. La política cada día es cosa de más personas y más partidos, y ello no puede ser nunca malo sino todo lo contrario, es algo muy positivo. Pues bien, con esta nueva realidad, todos, y cuando digo todos es todos, están obligados a entenderse por el bien de su municipio, su región y en última instancia España.
Los que a las elecciones concurren como “regeneracionistas” son los más obligados a ello y ni pueden ni deben, en mi opinión, permitirse el lujo de retrasar la configuración de un gobierno por mero interés o rédito electoral. No, eso no es lo que queremos los electores, lo que queremos es que todos juntos miren y gobiernen con un único interés, el bien común.
Toca favorecer la lista más votada, es necesario, y luego ya se irán sacando adelante las distintas iniciativas buscando las mayorías necesarias para ello en cada momento, ya se ha acabado aquello de tú dices no, pues yo digo si, o al revés, es hora de dejar el sectarismo a un lado, es hora de hacer política de verdad. ¿Empezamos ya?
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