En el marco del plan de paz declarado por Estados Unidos para la región de Oriente Medio, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sumado una nueva victoria a su expediente: la normalización de relaciones entre los Estados Árabes Unidos (EAU) e Israel.

Elaborado por: Oussama ACHOURI

 

Israel ha estado en conflicto con muchos de los países árabes vecinos desde la Guerra árabe-israelí de 1948, en parte resultante del plan de partición de Palestina en dos Estados — uno judío y uno árabe– concebido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

 

El conflicto árabe-israelí ha definido el lugar que ocupa el estado hebreo en la región “geopolíticamente”

 

Desde su fundación, las fronteras de Israel –e incluso el derecho a existir del propio Estado– ha estado sujeto a controversias, especialmente entre sus vecinos árabes. El conflicto árabe-israelí ha marcado las relaciones de Israel con la Península Arábica y ha definido el lugar que ocupa el estado hebreo en la región “geopolíticamente”. Sus tensas relaciones con los estados árabes circundantes, desde la creación de Israel el 14 de mayo de 1948, dieron lugar a varios conflictos armados. 

 

Como resultado, este enfrentamiento –a veces caliente, a veces frío–  ocupa un lugar importante en la geopolítica no solo de Oriente Medio sino de todo el mundo con un impacto muy importante, donde varios temas lo acompañan: la inestabilidad de la región (por el no reconocimiento del Estado de Israel por la mayoría de los países árabes), el control de Israel de los lugares sagrados en Jerusalén (la ciudad sagrada de los tres monoteísmos), los asentamientos israelíes en Cisjordania y los Altos del Golán, y también el control de Israel de la cuenca del lago Tiberíades (una importante fuente de agua potable).

 

Aún así, Israel había logrado firmar tratados de paz con Egipto y Jordania a pesar de las tensiones históricas. Recientemente, en enero de 2020Donald Trump presentó –algunos algumentarías que imprevisiblemente– un plan de paz unilateral para resolver la perpetua disputa en la Península arábica con Israel. Lo hizo en estrecha relación con el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu. Además de los EAU, ambos líderes han declarado la normalización de relaciones de Israel con Bahrein y Marruecos

 

La firma de estos tratados frustra la creciente influencia de Irán en toda la región de Oriente Medio

 

Considerando que Israel siempre ha buscado normalizar sus relaciones con los países árabes, uno de los principales motivos que lo empujan a firmar este tipo de alianzas es su relativo aislamiento; especialmente al estar rodeado por países árabes hostiles. Así pues, el estado hebreo piensa que establecer relaciones diplomáticas y económicas con los países árabes le ayudaría a “normalizar” su colonización de los territorios palestinos en la región. Esto le permitiría no solo ir más allá de las diversas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sino prescindir completamente de la noción de dos estados.

Fuente: Middle East Online

La otra razón, y no menos importante, que hace que estos “acuerdos de abrahan” sean considerados como un gran éxito por Israel es que representa una alianza con los Emiratos Árabes Unidos sunitas contra su enemigo común, Irán chiíta, y por lo tanto frustra la creciente influencia del país pérsico en toda la región de Oriente Medio.

Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha intentado formar una alianza entre los países árabes sunitas y el estado judío para contrarrestar la amenaza iraní. “Claramente es un regalo que los Emiratos le acaban de dar a Estados Unidos. Después, también ganan: frente a Irán, que está ganando influencia en la región, e Israel, que es una potencia económica y comercial regional y una puerta abierta a Estados Unidos”, dijo el politólogo Denis Charbit, profesor de la Universidad de Tel Aviv.

 

No se trata de un tratado de paz, contrariamente a lo que proclama con ardor el presidente americano

 

¿Por qué los EAU y por qué ahora?

Por otro lado, ¿por qué los EAU decidieron normalizar sus relaciones con Israel ahora? En general, los EAU siguen el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países. Por lo tanto, intentan encontrar soluciones pacíficas a las disputas geopolíticas con los países vecinos cuando surgen.

Así pues y ante los focos de crisis en Oriente Medio (territorios palestinos, Líbano), los Emiratos consideran que la seguridad, la paz y la estabilidad de la región así como la normalización de las relaciones entre todos los países, incluido Israel, dependen de la establecimiento de un estado palestino. Para fortalecer esta política de apertura, apoyan el derecho internacional contra el terrorismo, organismos internacionales como la ONU y buscan profundizar las relaciones bilaterales, ya sea con otros Estados (Francia en particular), o con otras organizaciones internacionales como la OTAN. 

Teniendo en cuenta esto, hay que recordar que el documento firmado en la Casa Blanca no es un tratado de paz, contrariamente a lo que proclama con ardor el presidente americano. En efecto, a diferencia de Egipto y Jordania, los Emiratos Árabes Unidos nunca han librado una guerra contra Israel. Este es también el caso de Bahréin (segundo país después de los EAU a firmar acuerdos de Abraham con Israel), que actúa aquí como un sustituto y cuya soberanía sigue siendo limitada, ya que el archipiélago depende de las ayudas de Riad y de Abu Dabi. 

 

El acuerdo entre los EAU e Israel 

Concretamente, el acuerdo firmado prevé un reconocimiento mutuo que debe desembocar en la apertura de embajadas, líneas aéreas directas y relaciones comerciales en sectores tan diversos como la alta tecnología, las telecomunicaciones, el medio ambiente o el turismo. Aunque, desde hace años, los intercambios entre estos tres países eran secretos de Polichinela, especialmente en el ámbito de la inteligencia para los Emiratos, la formalización de esta relación permite a las tres naciones asumir públicamente una asociación que es necesaria por la lucha contra los objetivos expansionistas de las grandes potencias de la región, que son Irán y Turquía.

 

“El acuerdo tiene por objeto ayudar a su país a mantener su influencia y convertirse en un actor regional y mundial más fuerte en la conflictiva región de Oriente Medio” Anwar Gargash, viceministro de Asuntos Exteriores de los EAU

 

Desde hace años, los EAU mantienen relaciones de inteligencia con Israel. Ahora están contemplando una alianza sin precedentes de poderío militar y tecnológico, capital financiero y recursos energéticos. Este acuerdo, que supuestamente contrarresta la influencia de Irán y Turquía en Oriente medio, está destinado a extenderse: Omán y Bahréin lo saludaron rápidamente, al igual que Arabia Saudita el 19 de agosto, aunque con más reservas.

Así que desde que los EAU e Israel normalizaron sus relaciones el pasado mes de agosto, han anunciado una larga lista de acuerdos en los ámbitos de la economía, la salud y la seguridad, que se prolonga casi a diario y podría generar un intercambio comercial de 4.000 millones de dólares al año.

Fuente: Atlantic Council 

 

A su vez, los Emiratos no han ocultado su ambición política tras este acuerdo histórico. El viceministro de Asuntos Exteriores, Anwar Gargash, declaró abiertamente después de la firma que el acuerdo tiene por objeto ayudar a su país a mantener su influencia y convertirse en un actor regional y mundial más fuerte en la conflictiva región de Oriente Medio, que también está lleno de oportunidades en materia de energía, inversión y comercio.

Las importaciones y exportaciones de energía con Israel han sido un tema «tabú» en los países árabes; finalmente roto por Egipto cuando anunció que importaría gas del campo israelí de Leviatán. Ahora, después de firmar el acuerdo «Israel no será un mercado clave de exportación de petróleo para los Emiratos Árabes Unidos, pero podría haber una colaboración potencial sobre energías renovables» según Ben Cahill, un investigador del programa de seguridad energética del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Los Emiratos se encuentran en un entorno desértico y dependen de la desalinización del agua potable, a lo que la experiencia israelí puede contribuir. En esa línea, una de las cuestiones centrales del programa de las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos es la seguridad alimentaria en un país con un clima tan desfavorable. En ese sentido, la cooperación potencial en materia de tecnología agrícola también está en el centro de la atención desde la firma del acuerdo. 

 

Tanto los países árabes como Israel creen que la alianza con el Estado hebreo prevalece sobre la cuestión palestina

 

Dicho de otro modo, los beneficios serán económicos para los Emiratos Árabes Unidos, ya que tendrán acceso, a través del mar Mediterráneo, al continente europeo donde podrán vender sus hidrocarburos. En cuanto a Israel, obnubilado por su seguridad, tendrá una ventaja de estabilidad innegable porque tendrá garantizada una zona de tranquilidad ubicada hacia el oeste en el Golfo Árabe, es decir hacia Irán, su enemigo jurado en la región, bajo la protección de los EAU. 

De hecho, obsesionados con la amenaza que representa Irán –económicamente debilitado, pero militarmente muy poderoso– tanto los países árabes como Israel creen que la alianza con el Estado hebreo prevalece sobre la cuestión palestina. Este acuerdo no requiere ninguna concesión del estado judío más que la suspensión de un proceso de anexión de Cisjordania que aún no había comenzado. “Se ha llegado a un acuerdo para poner fin a cualquier otra anexión”, dijo el príncipe heredero Mohammed bin Zayed Al-Nahyane. Excepto que el primer ministro israelí criticó lo contrario, diciendo que Israel había “pospuesto”, pero “no se había rendido”. “Traje la paz, lograré la anexión”, resumió.

 

Así podemos ver a la luz de lo anterior, que los acuerdos de abrahám entre los EAU e Israel, tienen innegables ventajas económicas a favor de los dos países (además de Bahrein), que surgirán en detrimento de la estabilidad de toda la región con un impacto directo en la cuestión central del mundo árabe-musulmán, a saber, la cuestión de la ocupación de territorios palestinos por Israel. Es poco probable que estos acuerdos cambien algo de la ya caótica situación en la región de Oriente Medio, incluso pueden complicarla más y hacer su resolución aún más difícil… de todo modo, uno no verá sus efectos de inmediato… El futuro sin duda nos lo dirá.

 

D. Oussama Achouri, es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Administrativas de la Universidad de Argel en 1995 y graduado del Ciclo Internacional de la Administración Pública de la ENA París en 2002. Es diplomático, actualmente en la Embajada de Argelia en Bogotá, Colombia; y está estudiando el máster en Relaciones Internacionales y Cooperación que imparte Vonselma Education en colaboración con la UCAM.

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