Foto: Reuters Publicado por David Hernández Martínez @david_hm91
El Partido Popular y Mariano Rajoy han sido matemáticamente los claros vencedores de estas elecciones. Sin embargo, en la noche de las elecciones generales, se respiraba un ambiente de intranquilidad y pesimismo en la sede central del partido. Tal vez, muchos dirigentes y simpatizantes no querían ver la realidad, que al final les ha atropellado. La mayoría absoluta conseguido hace cuatro años, se ha convertido ya en un hecho histórico excepciona. La forma de gobernar de los populares estos cuatro años, apoyado en su amplísima representación, se ha esfumado. Tanto los líderes como los militantes populares, deben ser conscientes de que en los próximos tiempos, el diálogo y la negociación va a ser la tónica habitual. Mariano Rajoy cuenta con apenas un mes para buscar todas las posibilidades para poder formar gobierno. Necesita del apoyo o la abstención de otras formaciones políticas, para por lo menos salir elegido presidente, la gobernabilidad y estabilidad de su nuevo gobierno ya es otro cantar, que seguramente traerá nuevos quebraderos de cabeza. No obstante, la prioridad ahora mismo es hacer la labor más complicada, acercarse al resto de rivales políticos y buscar soluciones plausibles. Se presenta ahora en el horizonte más cercano una amalgama de posibilidades, que llevan desde la convocatoria de nuevas elecciones a la constitución de un gran pacto entre el PSOE y PP. Sin embargo, como indicaba ayer Mariano Rajoy, él va a intentar a hacer todos los esfuerzos por evitar una nueva convocatoria de comicios, mientras que es bastante improbable que los socialistas y populares llegarán a una gran coalición como se produce en Alemania. En este sentido, en una primera elección Rajoy necesita ser elegido por mayoría absoluta, cosa que está ya de desestimada por prácticamente todos. En una segunda votación, sólo requiere de más síes que noes, por lo que está opción es más factible aunque requiera de mucho trabajo. Si los populares fracasan en ese segundo intento, contando que es muy difícil la constitución de un pacto entre PSOE y otras tantas fuerzas políticas, iríamos irremediablemente a unas nuevas elecciones. Por tanto, siendo previsores, el Partido Popular tiene que trabajar para conseguir por lo menos la abstención de Ciudadanos y algún otro partido más, preferiblemente los socialistas, aunque puede también negociar la abstención de los nacionalistas vascos, Coalición Canaria, o incluso el partido de Artur Mas. En este punto, las miradas de Génova y La Moncloa se dirigen hacia Albert Rivera y Pedro Sánchez, de ellos depende en buena medida que Rajoy pueda ser presidente. Dicho lo cual, una cosa es salir presidente y otra es la de gobernar, ya que es seguro que el siguiente gobierno tendría muy complicado sacar adelante ciertas medidas.
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