Foto: Colprensa Publicado por David Hernández Martínez @david_hm91 En la región sudamericana en los últimos tiempos se están produciendo multitud de dinámicas regionales, así como el fortalecimiento de algunas relaciones bilaterales. Si bien es cierto que existen algunas discrepancias, que rompen la cordialidad del área, como las cuestión fronteriza entre Chile y Bolivia, o bien, las crisis diplomáticas entre Venezuela y Colombia; no es menos cierto que los países sudamericanos están han protagonizado en la última década un alto grado de cordialidad y cooperación. No obstante, pese al esfuerzo histórico que representa UNASUR, parece ser que los intereses económicos de cada país, está derivando en la constitución de dos bloques bien diferenciados. Por un lado, se puede observar como Chile, Perú y Colombia tienden a focalizar sus esfuerzos en estrechar lazos comerciales con Estados Unidos y la región de Asia Pacífico. Por otro lado, es cada vez más patente el interés mayor de los países de MERCOSUR, por abrir nuevas vías de colaboración con Europa. En este contexto, está emergiendo con fuerza las buenas relaciones que se han ido estableciendo entre los gobiernos de Colombia y Perú. Si bien ya se dieron importantes pasos de encuentro con los respectivos gobiernos de Uribe y Alan García, la sintonía entre los presidentes Humala y Santos es total. Hasta tal punto, que el fortalecimiento de las relaciones está alcanzando niveles considerablemente interesantes, que superan las cuestiones meramente económicas. Históricamente Colombia y Perú han sido siempre unos correspondidos aliados en una infinidad de cuestiones, además, su política exterior ha ido encaminada parejamente. Aún más, son de los países latinoamericanos con una cooperación económica más fuerte, dicha vinculación se ha estrechada inevitablemente gracias a la situación de prosperidad que viven las dos economías en los últimos tiempos. Sin embargo, en el encuentro binacional que tuvo lugar el 30 de octubre en Medellín, se procedió a dar un salto más en la escalonada asociación de los dos países. Ahora el objetivo de los jefes de gobierno nacionales no es sólo las cuestiones comerciales, sino que sus objetivos a medio y largo plazo pasan por fomentar la cooperación en temas tan relevantes como la educación y el desarrollo rural. De esta forma, tras el acuerdo alcanzado recientemente, los esfuerzos irán dirigidos a la cooperación en materia educativa y en la región fronteriza. Al final, lo que se persigue para los próximos lustros, es fomentar la reciprocidad de conocimientos y experiencias educativas a nivel universitario y científico, por lo que se promoverá el intercambio de estudiantes y profesorado gracias a un sistema de becas compartido. Así mismo, el acuerdo para el Fondo de Desarrollo de la Zona de Integración Fronteriza, ZIF, quiere constituir un área de trabajo en las zonas fronterizas de ambos países, que permita su inclusión en el desarrollo de las economías.
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