Foto: AFP Publicado por: David Hernández Martínez @david_hm91 Donald Trump ya se ha convertido en un fenómeno mediático y político, costando discernir que parte de su campaña es mero show y cuál es verdaderamente programa y agenda política. Sin embargo, el polifacético empresario ya ha sumado una gran victoria en esta larga guerra que son las presidenciales estadounidenses, puesto que ha condicionado el discurso y la forma de comunicar del resto de candidatos republicanos e incluso apareciendo en los comentarios de los demócratas. No obstante, lo que algunos presuponían e infravaloraban como una simple ocurrencia más del magnate, ha comenzado seriamente a preocupar a los equipos de campaña y a la cúpula del partido republicano, incluso el resto de países comienzan a mirar con curiosidad y cierta preocupación al posible candidato a la presidencia de la primera potencia del mundo. Todo ello, debido a que los meses van pasando y las encuestas van consolidando el liderazgo de Trump sobre el resto de opciones conservadores. A pesar de ello, todavía habrá que esperar a los primeros comicios de primarias, para saber verdaderamente cuales son las posibilidades del hombre de negocios. En este punto, cabe preguntarse de donde viene el respaldo a una figura tan convulsa como la de Donald Trump. Sin duda alguna, el empresario neoyorkino ha sido capaz de marcar tres importantes tantos. Por un lado, con la agresividad de su discurso y sus más que medidas salidas de tono, ha conseguido centrar toda la atención sobre su figura, lo que ha hecho que la gente se interese por lo que dice y hacer. En este línea, al ocupar casi todo el protagonismo, ha generado un fenómeno de ola, que hace que la mayoría de potenciales votantes republicanos se decante por él, ya que el resto de candidatos no consiguen hacerle sombra mediáticamente y resultan desconocidos para muchos electores. Por otra parte, al monopolizar el discurso con sus polémicas afirmaciones, ha obligado a que el resto de candidatos se embarren en esa dinámica, en un terreno donde él es el que mejor sabe moverse. Las intenciones políticas de Donald Trump, que claramente se intuye tras todos los titulares que deja, provocan que se distinga muy bien quienes no serán sus presumibles votantes. Entre los electores que seguramente no votarán a Trump y puede que lo hagan por otro contrincante para que no salga, son los sectores más moderados del Partido Republicano, los inmigrantes y los sectores sociales afroamericanos, latinos y asiáticos. Más aún, si el magnate consiguiera postularse para la Casa Blanca, habría que sumar el voto contrario de los sectores liberales y progresistas de la sociedad norteamericana. Sin embargo, es un hecho que Donald Trump tiene un importante tirón entre un amplio sector de los simpatizantes republicanos, aunque son relativamente minoritarios en comparación con la compleja ciudadanía norteamericana. Trump representa al sector más conservador del Partido Republicano, heredero del Tea Party, que quedó políticamente muerto tras las últimas elecciones. Igualmente, es la manifestación de indignación de parte del electorado más conservador, que se encuentra hastiado de la clase política en general. Además, representa la cada vez más minoritaria América profunda, de hombre o mujer blanca de elevada edad, que aún sigue primando valores e ideales extremadamente clasicistas. Con todo ello, Donald Trump puede presentar dura batalla si cuenta con este apoyo social, no obstante, parecería muy complicado que consiguiera realmente alguna opción de llegar a la Casa Blanca, si no consigue atraer un mayor número de votantes, algo que pasa por alterar inevitablemente su discurso.
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