Daniel Ortega

Nicaragua, hoy, amanece más fraccionada que nunca; y, por qué no decirlo, tan devastada como cuando la guerra civil pasó del ideario a la materialización. Y es que la Democracia –pura y dura- ha brillado por su ausencia en las elecciones acaecidas este domingo en el país centroamericano. Nicaragua no eligió entre uno u otro partido, sino entre legitimar o no con su participación en las urnas las elecciones para renovar el cuarto mandato de Daniel Ortega. Todo ello, además, en un contexto de detenciones masivas, exilio y represión que obligó a la Oposición a protestar de una forma poco menos que cuestionable sin un contexto. Lo cierto es que, ante el escenario descrito, la Oposición optó por protestar quedándose en casa como si la cita electoral no existiera o fuese una simple pesadilla fruto del subconsciente.

Destacar que fue el líder sandinista, quien apenas cuenta con un 19% de apoyo según encuestas serias y fiables, quien habría diseñado para la cita electoral del 7 de noviembre una votación determinante a partir de ‘opositores cómodos’. A partir de esta coyuntura, la duda residía en conocer el alcance e impacto de su estrategia. Una estrategia basada en el llamado a permanecer en los hogares ante unos comicios catalogados como “farsa”. Un apodo en el que coincidían Oposición y comunidad internacional.

 

¿Normalidad democrática?

Durante la jornada electoral, todos los esfuerzos del Gobierno de Daniel Ortega estaban focalizados en tratar de imponer una normalidad democrática en las urnas y hacer ver una gran afluencia y altas tasas de participación. Sin embargo, en contraposición con el relato sandinista, la organización Urnas Abiertas ofreció su versión. Según los datos que manejaban a través de sus 1450 observadores distribuidos a lo largo y ancho del país, la abstención alcanzó cotas –en promedio- del 81,5%. Desde primera hora de la mañana de la jornada del domingo, los canales oficiales desplegaron todo su arsenal tratando de mostrar un país volcado con la “fiesta cívica” abarrotando las urnas.

Los cinco rivales 'fake' de Daniel Ortega | Internacional

Estudiantes, empresarios y hasta campesinos aunaron esfuerzos contra Daniel Ortega para pedir a la población que se quedara en casa, que no saliera a pasear, que no utilizara el coche, que no saliera a restaurantes… ¿El propósito? Que nada pudiera demostrar normalidad. Un objetivo que contrastaba con el del Gobierno de Ortega que difundía, en forma de propaganda oficial, imágenes de largas filas ante las urnas y que quedaban refutadas con las imágenes que ofrecían medios de comunicación independientes: calles y plazas vacías como señal de desprecio inequívoco a unos comicios considerados un fraude.

 

Biden lidera la oposición internacional ante una “pantomima” electoral

El presidente norteamericano Joe Biden, además de tildar las elecciones nicaragüenses de “pantomima”, ha calificado de “autócratas” al tándem Ortega-Murillo. En este sentido ha anunciado una embestida internacional contra el mandatario sandinista con él mismo al frente. “Estados Unidos, en estrecha coordinación con otros miembros de la comunidad internacional, utilizará todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestro alcance para apoyar al pueblo de Nicaragua y exigir responsabilidades al Gobierno de Ortega-Murillo y a quienes facilitan sus abusos”, dijo este domingo. “Cerraron los medios de comunicación independientes, encerraron a periodistas y miembros del sector privado y amedrentaron a las organizaciones de la sociedad civil para que cerraran sus puertas”, apostilló.

En 2018, Joe Biden acusó a Ortega y Murillo de ser los culpables de la violencia en Nicaragua - Para desarrollar la nación

La realidad es que, a falta de líderes políticos debido a su encarcelamiento, las organizaciones civiles y los medios de comunicación se convirtieron en el rostro con el que se identificaron el 65% de los nicaragüenses. Todos ellos, según la encuestadora Gallup, rechazan a Ortega. Además, no dudaron en demostrar sorpresa ante el desprecio a la votación de un pueblo que disfruta del ejercicio de este derecho desde el punto y final de la guerra civil.

 

Libertad suspendida, Democracia en riesgo

La jornada electoral, pese a los esfuerzos, fue de todo menos normal. El miedo a que triunfara la huelga obligó a suspender la ley seca con el único objetivo de promover cierta vida en las calles. Sin embargo, esto, quizás, teniendo en cuenta la magnitud de los acontecimientos, permanezca en el recuerdo como algo anecdótico. Entre el viernes y el domingo fueron detenidas 21 personas de nueve departamentos distintos según el Observatorio ciudadano y la organización Urnas Abiertas, que monitorearon el proceso. La Alianza Cívica –partido de la Oposición- denunció “hostigamiento, vigilancia, intimidación, asalto, ataques, detenciones ilegales y arbitrarias” a algunos de sus líderes. Cuatro de ellos fueron liberados horas después, pero 16 seguían encarcelados al terminar el domingo. Paralelamente, grupos de motorizados y paramilitares fueron grabados en las calles de Managua tomando fotos y registrando los movimientos de miembros de la Oposición.

Elecciones Nicaragua: Rivales presos, oposición en el exilio y mano dura: así encara Daniel Ortega su reelección en Nicaragua | Público

 

Y así fue como se celebraron unas elecciones con siete candidatos detenidos. Entre ellos, Cristiana Chamorro, a la que las encuestas alzaban como la gran favorita a ganar la presidencia y destituir a Daniel Ortega. Tres partidos fueron ilegalizados y más de 30 líderes civiles y políticos de diferentes corrientes, entre los que hay empresarios, campesinos, estudiantes, defensores de derechos humanos, analistas o periodistas siguen encarcelados en El Chipote desde hace cinco meses. La última encuesta de Gallup señala que el 65% de la población dijo que en caso de elecciones libres votaría a cualquiera cosa que no fuera Ortega. Por otra parte, el 19% dijo apoyar al comandante sandinista.

Estados Unidos incrementa la presión sobre el presidente Daniel Ortega

 

Sin razón de ser

Las elecciones se celebraron sin observadores internacionales y el Centro Carter señaló que la elección no reunió los requisitos mínimos para considerarse como tal. Mientras esto sucedía, medios como The Washington PostThe Wall Street Journal Le Monde, BBC y TVE se agolpaban en la frontera con Costa Rica ante la imposibilidad de acceder al país para informar. Todos ellos o fueron expulsados o se les prohibió la entrada.

 

La consumación del golpe electoral de Daniel Ortega

Tal y como estaba escrito y orquestado de antemano, Daniel Ortega arrasó en las urnas. Así lo oficializaba de madrugada en Managua el Consejo Supremo Electoral (CSE), dando alas y legitimando la consumación de un golpe electoral. Este perseguía el único fin de conceder el bastón de mando, una vez más, al líder sandinista Daniel Ortega. El dúo Ortega-Murillo consiguió a base de artimañas, tretas, pocos escrúpulos y un fehaciente desdén hacia los derechos constitucionales, imponerse en las urnas. Todo ello a pesar del escaso apoyo popular que no solo se presagiaba sino se manifestaba. Un 74,99% de votos a favor y una tasa de participación del 65,34%, según la presidenta del CSE, Brenda Rocha, daba el pistoletazo de salida a una nueva legislatura absolutista. ‘Todo por el pueblo, pero sin el pueblo’.

 

Irene Iglesias Álvarez- Asociación Española de Marketing Político (ASESMAP)

Por Asesmap