TIPOS DE VOTO

Hace unas semanas, publicamos en nuestra web un artículo de formación en el que explicábamos la importancia del voto y cuáles eran los principales tipos que existen cuando se opta por un candidato o partido político.

Como ya mencionamos, el voto es el elemento básico de la democracia y una de las formas de participación política convencional más extendidas e importantes por su influencia. Puede aspirar ciertas aspiraciones y demandas, ser un acto de identificación con un colectivo, etc.

En este artículo explicaremos otra serie de tipologías de voto que existen en la actualidad para continuar con las ya desarrolladas en el último artículo formativo de ASESMAP.

¿CUÁNTOS TIPOS DE VOTO EXISTEN? (2ª PARTE).

VOTO GANADOR: también conocido como efecto arrastre. A menudo los electores prefieren optar por la opción que creen que va a ser la vencedora. Muchos ciudadanos no están interesados en política y simplemente se satisfacen si votan por quien resulta ganador. Debido a ello, las encuestas publicadas juegan un papel muy importante a la hora de determinar el voto de estos ciudadanos.

VOTO PLEBISCITARIO: es el que se realiza en función de las evaluaciones de los votantes de las actuaciones de los partidos durante la legislatura. Tiene ciertas similitudes con el racional, al menos en su fondo, siendo bastante pragmático.

VOTO DE PLÁSTICO: este voto parte de la base de la maleabilidad y flexibilidad del voto de los ciudadanos. Por ello, en función de los estímulos recibidos desde los medios de comunicación en los procesos electorales, estos votantes podrán fácilmente cambiar su voto. Algunos medios tienen una gran capacidad para dar a conocer o destruir a candidaturas, por lo que pueden hacer cambiar el voto de algunas personas con relativa facilidad. El gran número de indecisos existente en cada elección favorece este tipo de voto.

30% de indecisos en abril de 2019, España.

VOTO NULO: es aquel que no tiene validez en el proceso electoral, debido a que legalmente no es correcto. Puede darse por equivocación o deliberadamente como símbolo de protesta. Se han encontrado desde rodajas de chorizo dentro de los sobres hasta papeletas de partidos inventados.

VOT ÚTIL: también conocido como estratégico, se produce cuando los ciudadanos optan por una candidatura en función del éxito que esperan de ella. Puede hacer que dejen de votar al partido que más les representa por sus pocas posibilidades de éxito y lo hagan por uno cercano con mayores expectativas electorales. Se suele producir también para que un tercer partido no salga beneficiado por la división del voto en algunos sistemas que penalizan esta fragmentación. Los grandes partidos en España suelen recoger gran parte de este voto útil (PP y PSOE), especialmente en circunscripciones pequeñas donde otras opciones tendrán menos posibilidad de obtener representación (Vox, Podemos o Ciudadanos).

El PP ha sido uno de los partidos que más ha apelado al voto útil.

VOTO IDEOLÓGICO: es un voto realizado a conciencia puramente ideológica del elector, sin tener en cuenta aspectos estratégicos o personalistas. A menudo vemos en elecciones como hay partidos minoritarios sin representación más ideologizados.

VOTO PARTIDISTA: se genera por la identificación de los votantes con un partido determinado, ya sea por afinidad, simpatía o lealtad. Este voto suele ser bastante estable, como ocurre con el inercial. Hay partidos que independientemente de sus candidatos, campañas o actuaciones, tienen una cantidad de votos prácticamente asegurada. Es habitual escuchar en España que hay gente que será votante del PP o PSOE “pase lo que pase”.

VOTO DE CLASE: este voto está influenciado por la clase social a la que pertenece el elector, la cual le hace decantarse por una ideología determinada. La clase social es un colectivo al que una persona se puede sentir perteneciente y en consecuencia votar por el partido que trate de representar a esa clase. Por ejemplo, la clase trabajadora a menudo se identifica más con la izquierda, ya que esta trata de representar sus intereses.

VOTO PARTIDISTA: se genera por la identificación de los votantes con un partido determinado, ya sea por afinidad, simpatía o lealtad. Este voto suele ser bastante estable, como ocurre con el inercial. Hay partidos que independientemente de sus candidatos, campañas o actuaciones, tienen una cantidad de votos prácticamente asegurada. Es habitual escuchar en España que hay gente que será votante del PP o PSOE “pase lo que pase”.

VOTO DE CLASE: este voto está influenciado por la clase social a la que pertenece el elector, la cual le hace decantarse por una ideología determinada. La clase social es un colectivo al que una persona se puede sentir perteneciente y en consecuencia votar por el partido que trate de representar a esa clase. Por ejemplo, la clase trabajadora a menudo se identifica más con la izquierda, ya que esta trata de representar sus intereses.

VOTO EXPERIENCIAL: puede ser positivo o negativo y se produce en función de las experiencias de una persona con respecto a un partido y sus candidatos y sus actuaciones de gobierno (u oposición). La satisfacción con haber elegido una opción u otra juega un papel importante.

VOTO RELACIONAL: es similar al experiencial y depende en gran medida de las relaciones que haya podido percibir un votante con un partido o candidato determinado.