La campaña electoral de los próximos comicios del 4 de mayo arrancó oficialmente ayer domingo, y la pasada semana hablábamos acerca de la importancia de las elecciones autonómicas y su implicación con el poder central (leer: ¿Quién necesita a quién? Poder Nacional y Poder Autonómico: elecciones 4M.), así como las luchas en el seno de los partidos entre líderes territoriales. La carrera ha comenzado.

 

Historia reciente de las luchas intrapartidistas en España

Estas luchas de poder suelen enfrentar a una Comunidad Autónoma en la que el partido es fuerte y el Gobierno central o el partido a escala nacional. También puede ocurrir una división en el partido central entre el líder y alguien cercano a este.

Para que un líder autonómico consiga imponerse y superar al nacional, han de darse, como mínimo, dos condiciones:

  1. La Comunidad tiene que ser lo suficientemente representativa del electorado nacional y 2. El poder central suele imponerse al autonómico, teniendo mayor capacidad de eliminar liderazgos molestos o reubicarlos a su conveniencia. Ejemplos:
  • Susana Díaz vs. Pedro Sánchez en el PSOE (se solventó en las primarias en las que la antigua presidenta de Andalucía perdió frente al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez).
  • Pablo Iglesias vs. Íñigo Errejón. (Iglesias se impuso en el proceso de primarias y Errejón fundó su propio partido: Más País).
  • Caso actual, en gestación, de Pablo Casado vs. Isabel Díaz Ayuso en el Partido Popular, en el que nos detendremos más adelante.

 

Madrid como catapulta política a la Presidencia del Gobierno de España: el caso Popular

Según los últimos sondeos, la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, saldría reforzada en su liderazgo autonómico tras los comicios del próximo martes 4 de mayo.

La probabilidad cercana de un gobierno en solitario, con mayoría absoluta, convertiría al Partido Popular en uno de los pocos triunfos monocolores a nivel autonómico de la historia reciente de España, además en una de las Comunidades más importantes (si no la que más) al albergar la capital del Estado. Esta importancia estratégica de Madrid como catapulta política hacia la carrera electoral nacional, sumado al poder fáctico como Comunidad fuerte y rica, hace que estas elecciones sean especialmente importantes por varios motivos, el principal: preparar la antesala de las elecciones generales. Es por ello, que la asimilación ya confirmada de Ciudadanos por parte de los Populares está intentando ser replicada con Vox, su único competidor y al que probablemente necesiten para formar gobierno (aunque no lo quieran).

La obtención del electorado de la formación naranja siguió una estrategia muy sencilla tras la crisis iniciada en Murcia (para profundizar en esta cuestión:  Ciudadanos y el seísmo que sacude la actualidad política española.), y ahora, para conseguir el voto de un partido a la derecha de los azules, sumado a los buenos resultados vaticinados por las encuestas, están haciendo a una lideresa autonómica acaparando portadas en cada una de sus declaraciones, que saca pecho frente a sus rivales porque puede permitírselo y, en cierto modo, debe hacerlo si quiere sumarse el electorado de Vox y gobernar en solitario.

“Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo”.

Esta situación está haciendo saltar las alarmas en el seno de un partido que, ante un fortalecimiento inminente que puede prepararlos para las próximas elecciones generales, no puede permitirse luchas internas y debilidades, sino cohesión y avance hacia la victoria de la Presidencia del Gobierno de España. La reivindicación de Ayuso sobre un liderazgo autónomo de Casado para ganar Madrid puede poner en peligro los planes de éste para la presidencia nacional. Esto es, si el PP triunfa en Madrid con mayoría absoluta, Casado pretende reivindicar la marca de Ayuso como ejemplo a escala nacional para ganar las generales. El creciente ego de la presidenta de Madrid podría frustrar estas expectativas si decidiese presentarse a la carrera por la Presidencia General del partido (no descartado dada su reiterada actitud crítica por la gestión de la pandemia, afirmando que Sánchez pretende perjudicar a Madrid, sumado a las declaraciones recientes sobre una rebelión fiscal contra el Presidente del gobierno), o bien asumir un liderazgo de la Comunidad demasiado autónomo y poco cohesionado con la estrategia Popular nacional (representada por Casado), suponiendo una molestia para el partido.

Este escenario nos puede llevar a una nueva lucha de poderes entre los líderes de partido como la que ocurrió en el PSOE hace unos años. El líder autonómico contra el nacional, luchando por imponer un modelo de partido frente a otro. La última vez que asistimos a una pugna similar, Sánchez consiguió derrotar a Susana Díaz. Veremos si Casado quiere confrontar con Ayuso o si la presidenta madrileña consigue llevar su modelo a toda España. En cualquiera de los casos, los resultados de las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid serán decisivos para estos posibles escenarios, abriendo la posible mayoría absoluta de Ayuso las puertas de la Presidencia General del Partido Popular.

Carlos Ruiz

Alfonso Toribio

Por Asesmap