En colaboración con VONSELMA Education, Carlos Ruiz, consultor en ASESMAP resume los diferentes tipos de financiación electoral abordando y comparando casos internacionales para su mejor comprensión.
¿SABES CÓMO SE FINANCIAN LOS PARTIDOS POLÍTICOS?
Sabemos que realizar una campaña electoral, sufragar los gastos y mantener la estructura de un partido político supone grandes gastos. Pero… ¿de dónde y cómo sacan el dinero?
De media, los partidos políticos españoles se financian un 80% de manera pública y un 20% de manera privada.
En España, la Ley Orgánica (8/2007) regula los ingresos públicos que reciben, dividiéndose en:
- Subvenciones para gastos electorales.
- Subvenciones estatales para gastos de funcionamiento.
- Subvenciones autonómicas para gastos de funcionamiento.
- Subvenciones extraordinarias para campañas de propaganda.
- Aportaciones de los grupos parlamentarios.
La financiación de cada partido tiene una relación directa con el número de votos obtenidos en las pasadas elecciones, repartiéndose el dinero en función de la representación obtenida. Por ejemplo, cada voto en elecciones generales es 0,81 euros y cada escaño en el Congreso de los Diputados son 21.167,64 euros para el partido.
En cuanto a la financiación privada, la más habitual es la recibida mediante cuotas o aportaciones de afiliados y lo producido con las actividades del partido (gestión de patrimonio, actividades promocionales, servicios…) Además, existen las donaciones privadas y los préstamos bancarios. Pero este tipo de financiación no puede ser anónima, ni ser recibida desde otras entidades gubernamentales extranjeras.
Si todo esto te parecía demasiado, todavía no hemos hablado de las grandes exenciones fiscales de las cuales los partidos se benefician. No pagan impuesto de sociedades por las rentas obtenidas mediante subvenciones, cuotas, donaciones privadas o rendimientos.
¿QUÉ SUCEDE EN OTROS PAÍSES?
En Estados Unidos la situación es radicalmente contraria. ¿Sabes cuánto dinero público recibieron Biden y Trump para su última campaña? ¡0$!
Sin embargo, las cantidades de dinero gastadas en sus campañas son estratosféricas. Los demócratas gastaron durante toda la campaña 3.208,8 millones de $ (sumando a todos los candidatos de las primarias) y los republicanos 792,6 millones de $ (mayoritariamente de Trump).
Este dinero lo recibieron de donaciones privadas. Estas, legalmente solo pueden ser de hasta 2.800$ por donante, pero existen los conocidos grupos de financiación llamados “Super PACS” o “Comisiones de Acción Política”, que son grupos de poder que apoyan iniciativas políticas o candidatos. Estos, no tienen límite de financiación, por lo que pueden llegar a tener una gran influencia.
Por ejemplo, la Asociación Nacional del Rifle opera un Super PAC llamado Fondo Para la Victoria Política que a menudo financia a los republicanos. Obama contó con el apoyo de la Asociación Americana de Enfermeras, que también actuaron de esta manera. Empresarios como Sheldon Anderson o empresas como Walt Disney han aportado millones a la última campaña republicana, así como Bloomberg o Facebook a la demócrata.
En Francia la financiación pública también es mayoritaria, aunque no a los niveles españoles. Reciben subvenciones todos los presentes en el parlamento según sus resultados en elecciones legislativas. Como contrapeso, existe un mecanismo de control que puede llegar a hacer perder un escaño a quien cometa infracciones en este ámbito. Además, la financiación privada está limitada por ley y tiene que ser declarada, con la intención de no crear grandes influencias.
En Alemania la financiación es mixta, pero los fondos de un partido no pueden ser públicos en más de un 50% del total. Esto suele suceder en años electorales, ya que en el resto la financiación privada es mayoritaria. Existe un control estatal muy férreo y los bienes y cuentas de los partidos deben ser declarados.
LA FINANCIACIÓN IRREGULAR:
Uno de los problemas con los que a menudo tienen que lidiar los partidos políticos es el de la financiación irregular. Trama Gürtel y caso Bárcenas (PP), Caso Filesa (PSOE), son solo algunos de los casos más conocidos del pasado, pero parece que esto no ha acabado.
Las sospechas también se han centrado en los nuevos partidos, especialmente por el supuesto dinero recibido desde los regímenes de Irán y Venezuela a Podemos, así como el reciente Caso Neurona y por la reconocida financiación a Vox por parte de la oposición iraní en 2014, aunque hasta ahora no han sido condenados.
En definitiva, la financiación de los partidos es un tema complejo que a menudo genera irregularidades y ha sido y es uno de los principales focos de corrupción y malas prácticas políticas en todo el mundo. ¿Cuál es el mejor modelo? ¿Qué cantidad debe aportar el estado? ¿Debería haber límites para las donaciones? Son antiguos debates para los que hay diversas opiniones, pero que a día de hoy siguen abiertos en muchos lugares.
Carlos Ruiz