El del Perú es un sistema presidencialista, en el que sus ciudadanos eligen directamente al Presidente y al Congreso. La particularidad es que el Congreso no puede apartar al Presidente de sus funciones, y este último sí puede interpelar o censurar a los ministros. Además, el voto es obligatorio para mayores de 18 años y facultativo a partir de los 70. Las elecciones presidenciales se celebran cada 5 años, se trata de un sistema con segunda vuelta o balotaje (hay unas primeras elecciones, en las que en caso de no haber ganador o que éste no alcance el 50% de los votos, se desempata en unos segundos comicios, como los próximos en los que tendrán que votar los peruanos). En las últimas cuatro, solo en dos de ellas el candidato ganador en la primera vuelta terminó siendo investido presidente.

 

La historia política del Perú desde mediados de los años setenta ha estado marcada por un continuismo de los gobiernos, democráticos y dictatoriales, de las derechas. A excepción del gobierno revolucionario de la fuerza armada de Juan Velasco Alvarado (1968-1975), autor de la reforma agraria y la nacionalización de los sectores estratégicos, desde entonces hasta hoy se han sucedido distintos mandatos liderados por personalidades a la derecha del espectro político. Esto podría cambiar en menos de dos meses. El pasado peruano es esencial para comprender qué está en juego en estas elecciones. En los años 80, comienza lo que en el Perú se conoce como la época del “conflicto armado interno”, caracterizada por el terrorismo de la guerrilla maoísta del Sendero Luminoso y el MRTA, así como las torturas y desapariciones forzosas por parte de las Fuerzas Armadas y los grupos paramilitares. Esta época entronca con la década del fujimorato (1990-2000), liderada por un gobierno autoritario de Alberto Fujimori (padre de la candidata derechista en los comicios próximos), actualmente en prisión por crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos durante su mandato.

 

En los últimos cuatro años, Perú ha tenido cuatro presidentes y sus seis últimos han sido procesados por corrupción. En 2016, Pedro Pablo Kuczynski es electo como presidente del Perú hasta 2018, cuando renuncia a raíz de su aparición en una serie de vídeos (“kenjivideos”) con el hermano de Keiko Fujimori intentando sobornar al arquitecto Mamani. De 2018 A 2020, Martín Vizcarra asumió por sucesión constitucional la presidencia hasta ser relevado de la misma forma por Manuel Merino. El primero presentó su renuncia por demostrarse haber cobrado pagos ilícitos en concesión de obras públicas, el segundo, que duró tan solo cinco días como presidente del Perú, soportó un corto mandato por la dudosa constitucionalidad de su sucesión, así como la renuncia de tres ministras de su gabinete. Llegamos hasta el actual Presidente de la República peruana, Francisco Sagasti, con un mandato marcado por la crisis del coronavirus y conflictos sociales (paros agrarios y huelgas mineras). Desde 2017, sufre una profunda crisis política, económica y social, agravada el último año a consecuencia del COVID-19, siendo uno de los países del mundo con más muertes por el virus. Esta crisis ha afectado especialmente a las zonas de la serranía del sur y el interior del país, siendo las zonas más pobres, donde mayores apoyos encuentra Castillo. En contraposición, la capital, Lima, así como el norte es donde se concentra la riqueza del país, donde Fujimori es favorita.

 

El pasado 11 de abril, se produjo la primera vuelta de las elecciones generales para el periodo 2021-2026. Los dos candidatos más votados fueron Pedro Castillo, del partido Perú Libre, con el 18,92% de los votos y Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, con el 13,40% de votos.

 

Presentación de candidatos. 

 

 

Pedro Castillo 

Pedro Castillo: Profesor, militante y líder sindical, adquiere notoriedad en el país tras una huelga de docentes en 2017. Autodenominado marxista-leninista-mariateguista, así como la formación que encabeza (Perú libre), cuenta con amplios apoyos en las zonas rurales del interior y el sur del país. Acusado de presentar vínculos con el Movadef (brazo político de Sendero Luminoso), lo niega aludiendo su participación como rondero, grupo de autodefensa campesino que combatió a la organización en los años del terrorismo. Entre sus propuestas destacan la redacción de una nueva constitución, aumentar el presupuesto para la agricultura y defender el medio ambiente.  Es partidario de una “economía social con mercados frente a la economía de mercado social” que establece la actual constitución del Perú, así como renegociar contratos con grandes empresas extractoras y elevar el presupuesto de educación del actual 3,5% del PIB, al 10%.

 

Keiko Fujimori

 

Keiko Fujimori: Su partido es Fuerza Perú. Conocida y polémica por ser hija de Alberto Fujimori. Educada en Estados Unidos, comenzó su carrera política como congresista en 2006, hasta presentarse como candidata presidencial en 2011. También se presentó a las elecciones generales de 2016, siendo derrotada en ambos comicios y terminando en segundo lugar. A pesar de ser detenida en varias ocasiones en 2018 por cargos de blanqueo de capitales y corrupción durante su campaña de 2011, Keiko encuentra amplios apoyos por parte de la sociedad peruana (figuras relevantes como Mario Vargas Llosa la apoyan abiertamente, a pesar de haber criticado fuertemente el fujimorismo, dada su oposición al candidato izquierdista), centrando su campaña en el orden y la “mano dura” frente al caos del comunista Pedro Castillo (se refiere a su propuesta de país como “demodura”), además de ser partidaria de una economía de mercado menos regulada. No obstante, es la candidata peor valorada, mostrando el porcentaje más alto de “antivoto”, esto es, un 55% de peruanos afirman que jamás votarían por ella (Fuente: Encuesta del instituto de Estudios Peruanos).

 

SEGUNDA VUELTA: 6 DE JUNIO DE 2021.

 

La segunda vuelta se celebrará el próximo domingo 6 de junio entre estos dos candidatos de ideologías muy opuestas. Hasta el momento, las primeras encuestas publicadas daban una amplia ventaja al candidato izquierdista Castillo sobre la derechista Fujimori, que superaba los 20 puntos. Pero en los últimos días se han conocido otros sondeos que reducen la distancia entre ambos considerablemente. Aun así, todavía existe un gran número de indecisos, en torno a un 20% o incluso un 40% de electores, que podrían ser decisivos para dar la victoria a uno u otro candidato. También debemos apuntar que queda una larga campaña por delante en la cual todos los candidatos y poderes del país (mediáticos, económicos, sindicales, etc.) tratarán de influir en favor de uno u otro. La tendencia al alza de Fujimori en los últimos días puede hacer que todo cambie de cara a la elección, aunque por el momento Castillo parta con ventaja. A día 10 de mayo, esta tendencia se mantiene, dando como ganadora a Fujimori únicamente en Lima, la capital, y siendo Castillo el vencedor esperado con diez puntos de ventaja en intención de voto. Éste ha moderado su discurso recientemente, relajando las críticas contra ciertas instituciones del país y comprometiéndose a respetar los derechos de ciertas minorías, el marco jurídico vigente y a abandonar el cargo de presidente en 2026 para volver a ejercer su profesión en las aulas; preparando y asegurando así su entrada en la Presidencia del Perú, aunque todo podría cambiar en esta recta final a menos de un mes para la cita en las urnas.

Al existir este sistema de doble vuelta, hay varios candidatos que han recibido un apoyo considerable de la población pero que no han conseguido pasar a esta segunda vuelta. Por ese motivo, es muy interesante saber a quién apoyarán estos candidatos, ya que sus votantes pueden ser determinantes a la hora de elegir al nuevo presidente peruano.

Muchos de los candidatos que se han quedado fuera son de corte derechista, como López Aliaga o Hernando de Soto, además del centrista y atrapalotodo Jonhy Lescano. Ellos en su mayoría, además de otras reconocidas figuras del ámbito político peruano, como el premio Nobel de literatura Mario Vargas-Llosa, u otros ministros de la época Fujimorista, están tratando no ya de hacer campaña en favor de Keiko Fujimori, sino en contra del comunismo de Pedro Castillo y las consecuencias que consideran que sus políticas pueden tener en Perú, pese que en un pasado criticaran al fujimorismo. Consideran ahora que la candidata conservadora puede representar el “mal menor” en esta elección. Por parte de Castillo, podemos esperar que este reciba el apoyo mayoritario de los votantes de la candidata izquierdista Verónika Mendoza, además de los apoyos exteriores que ya han anunciado algunas figuras políticas de países vecinos como el expresidente boliviano Evo Morales o el uruguayo José Mújica.

Dándose esta situación, y observando desde una perspectiva de estrategia electoral, el candidato izquierdista se podría ver ante una situación complicada, pero de la que podría llegar a beneficiarse si lleva a cabo una buena estrategia de campaña. Si bien es cierto que la mayoría de actores políticos y del sistema peruano irán en su contra, haciendo campaña para que el comunismo no se haga con el poder en Perú, este pude sacar provecho de ello y presentarse como la víctima de todos los ataques de lo que se conoce como “establishment” o élites políticas peruanas. Todos los casos de corrupción y de malas prácticas políticas que se han sucedido en este país durante los últimos años han provocado un malestar generalizado en la sociedad, que se ha agravado aún más con la pandemia y la mala gestión de esta. Por ello, gran parte de estas élites políticas que ahora quieren entrar en campaña, están muy mal vistas por una gran parte de la población peruana.

 

En definitiva, Castillo, que ahora parte con ventaja en las encuestas, podría aprovechar esta situación de hartazgo presentándose como oposición a toda esta clase política capitalina que defiende en mayor medida a Fujimori, y con la fuerza de las regiones y zonas más rurales hacerse con la victoria. Para Fujimori, la mayor esperanza reside en el “miedo” de la población al comunismo y en el pasado de su contrincante, al cual muchos acusan de tener vínculos con el temido grupo terrorista Sendero Luminoso. A principios de mayo, las encuestas dan a la hija del dictador un crecimiento que, de mantenerse al alza, podría alterar los resultados esperados. Se presenta como la única alternativa actual a estas políticas, y el gran número de indecisos que las encuestas apuntan que existe podrían beneficiarla. Aun así, la tarea de remontar 20 puntos o más en las encuestas en apenas un mes se antoja muy complicada, incluso con todo el apoyo político y mediático que podría llegar a reclutar. Así, los comicios del 6 de junio serán decisivos para el futuro del Perú, decidiendo entre la victoria al tercer intento del fujimorismo, o el giro de 180 grados del marxista Castillo, tras décadas de gobiernos de derecha.

 

Carlos Ruiz Barro

Alfonso Toribio del Hierro.

Por Asesmap